Psicomotricidad
y trabajo familiar
y trabajo familiar
La psicomotricidad es una disciplina que, basándose en una concepción integral del sujeto, se ocupa de la interacción que se establece entre el conocimiento, la emoción, el movimiento y de su importancia para el desarrollo de la persona, de su corporeidad, así como de su capacidad para expresarse y relacionarse en el mundo que lo envuelve. Su campo de estudio se basa en el cuerpo como construcción, y no en el organismo en relación a la especie.
El psicomotricista es el profesional que se ocupa, mediante los recursos específicos derivados de su formación, de abordar a la persona desde la mediación corporal y el movimiento. Su intervención va dirigida tanto a sujetos sanos como a quienes padecen cualquier tipo de trastornos y así sus áreas de intervención serán tanto a nivel educativo como reeducativo o terapéutico.
El moverse provoca bienestar y es liberador de tensiones. Todas las actividades del ámbito de la psicomotricidad son aplicables a acciones del quehacer cotidiano tanto en la alimentación, al vestido y la higiene.
Movimiento y actividad psíquica
El término psicomotricidad se divide en dos partes: el motriz y el psiquismo, que constituyen el proceso de desarrollo integral de la persona. La palabra motriz se refiere al movimiento, mientras el psico determina la actividad psíquica en dos fases: el socio afectivo y cognitivo. En otras palabras, en las acciones de los niños se articula toda su afectividad y sus deseos, pero también todas sus posibilidades de comunicación y conceptuación.
La teoría de Piaget afirma que la inteligencia se construye a partir de la actividad motriz de los niños. En los primeros años de vida, hasta los siete años aproximadamente, la educación del niño es psicomotriz. Todo, el conocimiento y el aprendizaje, se centra en la acción del niño sobre el medio, los demás y las experiencias, a través de su acción y movimiento.
Estimulación y reeducación
A través de la psicomotricidad se puede estimular y reeducar los movimientos del niño. La estimulación psicomotriz educacional se dirige a individuos sanos, a través de un trabajo orientado a la actividad motriz y el juego, mientras que en la reeducación psicomotriz se trabaja con individuos que presentan alguna discapacidad, trastornos o retrasos en su evolución y se tratan corporalmente mediante una intervención clínica realizada por un personal especializado.
Principios y metas de la psicomotricidad infantil
La psicomotricidad, como estimulación a los movimientos del niño, tiene como objetivo final:
- Motivar la capacidad sensitiva a través de las sensaciones y relaciones entre el cuerpo y el exterior (el otro y las cosas).
- Cultivar la capacidad perceptiva a través del conocimiento de los movimientos y de la respuesta corporal.
- Organizar la capacidad de los movimientos representados o expresados a través de signos, símbolos, planos, y de la utilización de objetos reales e imaginarios.
- Hacer que los niños puedan descubrir y expresar sus capacidades, a través de la acción creativa y la expresión de la emoción.
- Crear seguridad al expresarse a través de diversas formas como un ser valioso, único e irrepetible.
- Crear una conciencia y un respeto a la presencia y al espacio de los demás.
Por ejemplo:
En la alimentación: - Sostener una taza y llevarla a la boca.
- Utilizar los utensilios básicos.
En el vestido: - Desabotonar y abotonar;
- Sacarse prendas abotonadas por delante;
- Distinguir la parte trasera de la delantera;
- Iniciación al nudo.
En la higiene: - Lavarse y secarse las manos;
- Uso del pañuelo;
- Cepillado de dientes y uñas,
- Aseo personal.
Los tiempos de la psicomotricidad
Acunamiento: - Da la sensación de equilibrio.
- Brinda seguridad física y psíquica.
Acompañamiento y sostén: - Recorrido que el paciente realiza durante el tratamiento.
- Se trata de mejorar y trabajar el síntoma.
Confrontación: - El paciente toma distancia y va haciéndose cargo de sí mismo.
- Se prepara para la separación y asume su problemática.